miércoles, 8 de junio de 2011

La visita de la Prima Rosita.



Como los afectos se mantienen en la distancia, y hasta qué punto los recuerdos nos unen.
Fue como una ráfaga de aires de recuerdo su visita. Yo era la prima menor la que siempre andaba siguiendo a las mayores en sus actividades por no decir molestando un poco, pero el otro día ya de sobremesa, empezaron a surgir las anécdotas y los recuerdos volvieron, las risas ante las aventuras de aquellas épocas, en que la niñez se divertía sanamente.
Cuanto ganamos al compartir esos juegos, hoy estamos unidos por lazos invisibles, que nos recuerdan, no que somos primas sino cuanto nos queremos, y que eso no es algo que se logra de la noche a la mañana, pero sí que a pesar del tiempo pasado sin vernos, al reencontrarnos todo vuelve a fluir con tal sencillez que por un momento te sorprende como uno dejar pasar tanto el tiempo sin tener contacto con los verdaderos afectos.
Fue una gran alegría tu visita y un gran llamado de atención a salir de la rutina y salir un poco al exterior para acercarnos a las personas que están en nuestro interior.
Estela


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